sábado, 17 de abril de 2010

MUSLITOS DE POLLO CARAMELIZADOS CON SALSA BIGARDE

A estas horas miles y miles de profesores de primaria estarán examinándose en toda Catalunya para ganarse el mejor de los regalos, una plaza fija como profesor titular en alguno de los colegios que forman parte del Departament d'Educació de la Generalitat.
No quería dejar pasar esta oportunidad para desearles todo lo mejor, en especial, a mi marido y a mi hermana, que también se encuentran en esa misma situación, que llevan horas y horas de preparación y estudio a sus espaldas y que ya se merecen una recompensa.
Desde aquí: ¡¡Suerte!! Seguro que esta vez lo conseguís.

Pero vamos con lo que nos ha traído aquí: una nueva ocasión para aprender a cocinar algo nuevo.

Ingredientes para 6 personas:                    

12 muslitos de pollo
3 cebollas
1 ramita de romero
2 cucharadas de miel
2 cucharadas de mermelada de naranja
1 cucharada de azúcar
3 cucharadas de vinagre
1/2 taza de tomate triturado
3 naranjas
1/2 limón
1 vaso de vino blanco seco
3/4 de litro de caldo de ave
75 gr. de jamón cortado en daditos
1 rama de apio cortada en rodajas
2 zanahorias ralladas
5 echalotas picadas
1 cucharada de harina
75 gr. de mantequilla
Aceite de oliva
Pimienta y sal

Elaboración:

Limpiar los muslitos de pollo, salpimentar y disponer en una fuente ligeramente aceitada.
Precalentar el horno a 180 grados.
Introducir en el horno los muslitos y cocer durante 45 minutos.
  • Salsa para caramelizar:
En una sartén, con dos cucharadas de aceite, rehogamos dos cebollas picadas muy finas, a fuego muy lento, con una ramita de romero, durante unos 20 minutos.
Retiramos del fuego. Sacamos la ramita de romero y salpimentamos.
Añadimos la mermelada de naranja y la miel.
Removemos hasta formar una salsa líquida.

Pasados los 45 minutos, regamos los muslitos con la salsa que hemos preparado anteriormente.
Hemos de regarlos 3 veces con la salsa de cocción para que queden bien impregnados y se caramelicen bien (importante: vigilar la potencia del horno para que no se queme el azúcar).
Conservar el pollo en el horno mientras realizamos la salsa bigarde.

  • Salsa Bigarde:
En un cazo, a fuego muy vivo, cocemos el azúcar y el vinagre hasta conseguir un caramelo.
Agregamos el tomate triturado, el zumo de una naranja, el vino blanco y el caldo de ave y lo mantenemos cociendo a fuego vivo durante 10 minutos, sin tapar.
En otra cacerola calentamos el aceite y la mitad de la mantequilla.
Rehogamos los taquitos de jamón, la zanahoria rallada, el apio y las echalotas picadas.
Agregamos el contenido de la cocción anterior y salpimentamos.
Tapamos la cacerola y mantenemos cociendo durante 20 minutos a fuego medio.
Colamos la salsa resultante y la volvemos a la cacerlora.
Agregamos unas tiras de piel de naranja y unas gotitas de limón. Cocemos durante 3 minutos
más.
En una sartén, mezclamos la harina con el resto de la mantequilla y formamos una bolita, que añadiremos a la salsa, removiendo sin cesar, para ayudar a espesarla.
Rectificamos de sal y azúcar.

Retiramos los muslitos y los dejamos reposar unos 5 minutos.
Emplatamos y regamos con la salsa bigarde antes de servir.
Listo para comer. Mmmmm, exquisito!!

Queridos bloggeros, esta es, sin duda, las receta más difícil a que le me he enfrentado pero, ya os decía en el post anterior que quería sorprender a los que iban a ser mis primeros invitados a comer.
Desde aquí tengo a agradecer la inestimable ayuda de mi hermana Eva que me ayudo, y mucho, a llevar a cabo esta receta con la que sudé la gota gorda para conseguir un buen resultado.
Como ya viene siendo habitual, y en esta ocasión no podía ser de otra manera, durante la elaboración de la receta se sucedieron una serie de inconvenientes que dificultaron la realización de la misma con la naturalidad y tranquilidad que se requiere en estos casos.
Para empezar, aunque había realizado la compra con varios días de antelación para no dejar nada al azar, no disponía de todos los ingredientes para realizar la receta.
Por más que busqué, no encontré las malditas echalotas que, tras mucho indagar, incluso en la red, averigüé qué eran: no son más que una cebollas muy pequeñas, habitualmente para servir enteras. Tampoco tenía apio en mi nevera aunque, esta vez, no fue por descuido sino más bien porque, como no soy amante del apio, pensé "no se notará, total, con la de ingredientes que lleva, por que no haya apio, nadie lo va a notar". Y así fue, ignoré el apio de la manera más vil y ruin que se puede ignorar a algo e hice como si jamás hubiera existido en la lista de ingredientes.
En el transcurso de la elaboración, los tropiezos entre mi hermana y yo se sucedían constantemente, y eso que en la cocina hay espacio suficiente para las dos, incluso para una tercera o cuarta persona. Pero... Nos faltaban manos, platos, ollas, sartenes, mármol... Yo no dejaba de leer y releer la receta una y otra vez para agilizar el trabajo pero, lejos de ayudarme, entorpecía más mi buen hacer.
Por si no fuera poca la complicación de la receta, a mi hermana se le ocurrió la feliz idea de acompañar el pollo con unas patatas cortadas en rodajas, que habría que haber metido al horno junto con el pollo, para que se asaran al mismo tiempo. Pero, llevábamos tantas cosas entre manos que nos pasaron por alto las patatas. A última hora, cuando apenas faltaban diez minutos para que el pollo estuviera listo, pelamos las patatas rápidamente, les dimos un toque de calor en el microondas para que se cocieran un poco, lo justo para terminar de hacerse en el horno, y las incorporamos a la bandeja del pollo.
Aún se nos olvidaba algo más, no habíamos espesado la salsa, tal y como recomendaba la receta en el último paso. No nos importó, al igual que había hecho con el apio, ignoré este paso, como si nunca hubiera leído nada al respecto, y procedimos a emplatar el pollo con una salsa un tanto líquida.
Finalmente, aunque casi se nos quema el pollo en el horno, conseguimos nuestro fin: un rico y sabroso pollo caramelizado acompañado con patatas asadas. Delicioso.


No hay comentarios:

Publicar un comentario