Mañana vuelvo a tener invitados a comer, Vane y Jose Ángel visitan nuestro hogar y he decidido obsequiarles con esta última receta. La primera vez que la cociné me pareció tan rica y sabrosa que quiero repetir.
Pero aunque mañana tendré que arreglármelas sola en la cocina, espero que me salga tan bien, o incluso mejor, que la última vez y que les guste tanto como a mis últimos invitados.
Sólo espero no tener tantos tropiezos y que todo se suceda de una forma más harmoniosa. De hecho, ya he pensado en el modus operandi: primero haré la salsa para caramelizar, después la salsa bigarde y, sólo cuando esté todo a punto, introduciré los muslitos en el horno para estar, única y exclusivamente, pendiente de que no se me queme el pollo.
Ya os contaré.
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